Tecnologías revolucionarias: robótica
Por C. Andrew Keisner, consultor, Julio Raffo y Sacha Wunsch-Vincent, División de Economía y Estadística, OMPI.
Este artículo se basa en el Informe Mundial sobre la Propiedad Intelectual en 2015: La innovación revolucionaria y el crecimiento económico
La robótica y la inteligencia artificial (IA) cuentan con un enorme potencial para transformar muchos aspectos de nuestra vida. Recientes ensayos con robots humanoides en supermercados, escuelas, hospitales y residencias de ancianos en Europa, Estados Unidos y Japón, así lo demuestran. Películas de Hollywood como Ex Machina y Her también han logrado captar la atención del público, planteando cuestiones relacionadas con la potencial superioridad de los robots y de la IA. Sin embargo, ¿cómo se está produciendo la innovación en robótica y cuál es el papel de la propiedad intelectual (P.I.) en dicho proceso?
La robótica, el ámbito de la tecnología que impulsa el desarrollo de robots, ha estado presente desde hace décadas en la construcción, así como en fábricas de automóviles, escuelas, hospitales y viviendas privadas. Sin embargo, últimamente, nuevos ámbitos de investigación como la IA y la tecnología de sensores se han unido a la robótica para crear robots autónomos avanzados, con un abanico mucho más amplio de posibles aplicaciones.
¿Qué es exactamente un robot?
En términos generales, un robot posee la capacidad de interpretar su entorno y adecuar sus acciones a la consecución de un objetivo. Los primeros robots de la era moderna fueron inventados para acelerar los procesos de fabricación industrial mediante la automatización programada. No obstante, a día de hoy los robots se han convertido en sistemas completamente autónomos capaces de funcionar y tomar “decisiones” sin la intervención del ser humano.
La incidencia de los robots
Los robots ya están teniendo una incidencia significativa en los procesos de fabricación de los sectores del automóvil y la electrónica. También se usan cada vez más en agricultura, minería, transporte, exploración espacial y marítima, sistemas de vigilancia no tripulada, salud, educación y muchos otros campos.
Los robots pueden aumentar la productividad laboral, reducir los costos de producción y mejorar la calidad del producto. Además, en el sector servicios han generado incluso modelos operativos completamente nuevos. Los robots también contribuyen al bienestar humano eliminando la necesidad de realizar trabajos pesados y peligrosos, ayudando a una población envejecida y convirtiendo en realidad el transporte sostenible.
El mercado de los robots industriales, incluyendo el coste de programas informáticos, periféricos e ingeniería de sistemas, crecerá hasta alcanzar aproximadamente los 33.000 millones de dólares de los EE.UU. en 2017.
Asia (concretamente China, la República de Corea y el Japón) es líder mundial en ventas en el sector de la robótica, seguida de Europa y América del Norte.
Los beneficios económicos obtenidos del uso de robots están directamente relacionados con la sustitución parcial de la fuerza de trabajo. Si bien las mejoras de productividad generadas por los robots ayudan a las empresas a seguir siendo competitivas y a crear puestos de trabajo con salarios más elevados en determinados países, la repercusión general de los robots en el empleo sigue siendo incierta y resulta un desafío cuantificar los beneficios económicos de su uso.
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